Entrevista a Fernando Gallardo, alcalde de Salamanca.
Fernando Gallardo, alcalde de Salamanca:
“En Salamanca somos nobles, esa es la identidad que nos podría agrupar a todos”
Tras doce años, este vecino y oriundo de la comuna regresa a liderar los destinos de un municipio que ha cambiado 200% -según sus mismas palabras- y que además cuenta ahora con un programa público-privado (Viva Salamanca) que busca favorecer el desarrollo sustentable y participativo del territorio.
¿Qué sentimientos, emociones, le despiertan Salamanca?
Es mi comuna de nacimiento, mi forma de ser. He estado siempre en Salamanca y por lo tanto, creo que jamás podría pensar en abandonar estas tierras.
¿Qué recuerdos tiene de su infancia y juventud vinculados a Salamanca?
Son muchos, pero hay que partir diciendo que la niñez antigua era muy distinta a la de hoy. Sin mucha tecnología. No puedo olvidar que yo tenía, cuando era pequeño, un cabrito que pude criar y esa era mi mascota. Pero, por otro lado, la juventud nos deja muchas lecciones. Fui desde siempre dirigente deportivo, ahí pasaban muchas anécdotas y eso nos hizo estar presente en muchas de las actividades en el mundo de Salamanca.
¿En esa dirigencia juvenil ya pudo verse su interés por lo político y social?
La verdad es que no. Esto de ser, entrecomillas, político, aunque todos digan que no lo son, ni siquiera se me pasaba por la cabeza en ese entonces. Sin ir más lejos, mi padre fue regidor por la comuna de Salamanca y no es que nazca por ahí. Lo mío fue más bien fortuito. Se presentó la oportunidad ahí por el año 1990 y fue una invitación que se me hizo. Hay que recordar que en esa época fuimos designados.
¿Se podría entonces definir una identidad única para la comuna de Salamanca?
Es muy difícil. Los mismos ríos, los mismos valles tienen distintas identidades. Pero yo me quedaría con que, al final, somos todos nobles, esa es la identidad que nos podría agrupar a todos.
¿Entre el valle de Chalinga, Choapa y Camisas, con cuál se queda?
Los tres son distintos. Hay que rescatar por ejemplo la tranquilidad del Valle de Camisas, donde yo pasé muchos años. Asimismo, tenemos que visualizar lo poco atendido que ha estado el Valle de Chalinga, sobre todo el sector norte. Y por eso, no puedo dejar de decir que también me gusta Chalinga. Y el Valle del Choapa, que ha crecido de tal forma que se confunde con el radio urbano de Salamanca.
EL SELLO DE FERNANDO GALLARDO ¿Qué le dijo su familia cuándo le contó que iba de candidato a alcalde?
Fue difícil para ellos, a pesar que ya andaban circulando algunos rumores. Me recuerdo que estaba en México y hablé con mi señora, mis hijos, conscientes y conociéndome, sabían que iba a aceptar. Tuve la oportunidad de haber dicho que no, pero la mayoría de las personas con las que conversé me dijeron “hay que hacerlo”.
Ésta es la primera oportunidad que tengo el apoyo de la familia, en oportunidades anteriores no había sido posible por todos los problemas que acarrea este cargo. Los beneficios no son tantos. En mi caso, yo no quiero ser el protagonista, yo quiero que ese rol lo cumpla la gente, la ciudadanía, las instituciones, que ellos sean los protagonistas. Por lo tanto, cuando tú no ostentas ser el poderoso, la verdad es que cambia la mirada. Yo no quiero tener el poder para malgastarlo, quiero que esto funcione bien, nada más.
¿Cuáles son sus principales desafíos para este periodo?
Avanzar mucho con la comuna de Salamanca, darle equilibrio y equidad a los distintos sectores, a la gente misma. Uno, dando vueltas por la comuna, se encuentra con realidades que son muy distintas. Ojalá podamos llegar, por ejemplo, a todas las comunidades con el desarrollo de las soluciones sanitarias y alcantarillado. No lo veo tan cercano, pero ojalá podamos dejar al menos los proyectos en vías de ejecución.
¿Cuál le gustaría que fuera su legado?
Tratar de entregar equidad y equilibrio, sobre todo en lo social, a todas las comunidades, y solución a problemas que, aunque parezcan chicos, para la gente son muy grandes. No sé si ése será el legado, pero sí es lo que quiero hacer: entregar las necesidades básicas a la gente, sin descuidar lo grande que también tenemos que hacer en el radio urbano y en las grandes comunidades.
¿Y cuáles serían los grandes temas a desarrollar en su periodo?
Estoy tratando de cumplir una meta, que es la construcción de viviendas básicas para allegados o comités que no tienen dónde vivir. En materia de infraestructura me encantaría poder dejar pavimentado todo lo que falta. Cuando estuve de alcalde, la primera vez, se realizó el 80% de los pavimentos comprometidos. Por lo tanto, por qué no podemos hacerlo ahora.
¿Qué tiene de distinto ser alcalde hoy y en los ‘90?
Ha cambiado 200%, como todo. Éste es un municipio que ha crecido bastante y que requiere de más eficacia. Existe una excesiva burocratización. El otro día sacábamos la cuenta que para una orden de compra teníamos que usar 14 papeles para que llegara a pagarse. Reuní al equipo para que buscáramos una solución.
¿Existen proyectos que usted no alcanzó a implementar en su primera experiencia como alcalde, que no se hicieron posteriormente y que hoy le gustaría retomar?
Hay tres proyectos que no se tocaron. Uno es la remodelación del Parque Héroes de la Concepción, del Cerro Chico; el pavimento de la subida a El Consuelo y el pavimento que va desde Chalinga hacia el lado norte, paralelo a la carretera.
¿Cuál es su opinión de Viva Salamanca?
Creo que Viva Salamanca ha actuado un poco lento, se debe avanzar en eficacia. Cambiar también la mirada respecto de las obras. Porque esas obras, hay que decirlo con todas sus letras, no pasaron por la comunidad. Hay algunas que están muy bien hechas, otras no sé si tan bien. Pero hoy todo tiene que tener un giro más social y pasando por la realidad de las comunidades.
¿Cuál ha sido su impresión del trabajo del equipo de Viva Salamanca?
He estado en dos o tres reuniones y ha sido un buen trabajo. El trabajo pasa hoy por que podamos juntarnos para definir qué vamos a hacer en adelante. Eso es lo que tenemos en común. El Viva Salamanca es un buen proyecto, pero hay que virar un poco el timón para que toda la ciudadanía sienta el Viva Salamanca. Eso falta, involucrar más a la gente en los proyectos.
¿Y qué rol debiesen jugar los dirigentes sociales en Viva Salamanca?
Los dirigentes tienen que hacer un seguimiento de todo lo que se hace. Ellos tienen que ser los protagonistas. Yo soy un coordinador y tengo que guiarlos a que hagan los proyectos en conjunto, en este caso con Viva Salamanca, o con el Ministerio de Obras Públicas o el Gobierno Regional. Uno es el que tiene que prestarles la plataforma para que ellos funcionen, aprendan y ojalá uno de esos vecinos pueda postularse al cargo de alcalde. A uno le quedarán cuatro u ocho años y tiene que haber alguien que venga. No es mi idea quedarme más tiempo. No puede ser que este municipio haya estado en dos manos por más de 30 años, tienen que nacer nuevos líderes que se atrevan.
¿Cómo impulsar esos nuevos liderazgos?
Dentro de mi programa de gobierno tenemos considerada una escuela de líderes, pero, además la gente, a través del programa Viva Salamanca, aparece prefiriendo algunas capacitaciones o escuelas que lógicamente apuntan en ese sentido. Para mí fue una sorpresa tremenda ver esa iniciativa dentro de Viva Salamanca, y qué bueno que así sea.