Alejandro Aravena, premio Pritzker 2016: “Salamanca es un ejemplo para Chile”
El arquitecto Alejandro Aravena (48), ha recibido a comienzos de 2016 el prestigioso premio Pritzker, máximo galardón a nivel mundial, conocido como el “Nobel de Arquitectura”, que constituye un importante reconocimiento internacional a su carrera. El trabajo de Elemental, la oficina de arquitectura que fundó en 2001, ha estado siempre inspirado en la pregunta sobre cómo pueden la arquitectura y el urbanismo aportar a hacer más equitativa nuestra sociedad. Como parte del equipo técnico del Viva Salamanca, Aravena visitó la comuna. En este boletín lo entrevistamos y este es el resultado de esa conversación.
Habiendo hecho un recorrido por Salamanca ¿Qué impresión te dio la zona, la ciudad, la comuna?
Yo estuve en Salamanca por primera vez hace unos dos años. Ahora al volver no solo confirmé lo que vi la primera vez, si no que quedé aún más gratamente impresionado. Hay un estándar, un nivel de ciudad, que no es para nada evidente, que es poco habitual. Me parece que Salamanca es un ejemplo para Chile. El edificio municipal, el gimnasio, las veredas: hay una calidad que no es para nada evidente encontrarla en una ciudad como ésta, por eso cualquier cosa que se haga a partir de ahora tiene que tener por lo menos este estándar, y ello implica una gran responsabilidad. Es un privilegio y al mismo tiempo una presión sobre lo que se haga de aquí en adelante. Y mi impresión es que esto no solamente se puede hacer, si no que se debe hacer.
¿Salamanca tiene un sello distintivo dentro de las ciudades que tú conoces dentro de Chile?
A mí me parece que en Salamanca hay una escala de ciudad y que a pesar de una cierta lejanía, hay algo diría yo… como cosmopolita o de estándar internacional, hay una cierta sofisticación en lo que uno ve, hay una plaza de una calidad que es notable. No es obvio que uno llegue a un lugar internándose en la cordillera y encuentre esto, y eso me parece que es la mejor noticia para lo que se puede hacer en adelante. De aquí en adelante uno podría esperar que todas las mejoras en calidad de vida que se hagan para la ciudadanía, usando la ciudad como mecanismo de mejoramiento, como mecanismo de desarrollo, tengan este nivel de ejemplaridad para el resto del país.
¿Qué desafíos crees tú enfrenta la comuna de Salamanca en la actualidad?
Cuando una ciudad se está preguntando cómo lo haces para mantener a tu gente contenta, cómo lo haces para generar oportunidades, no se trata solamente de crecimiento económico, que sería muy deseable que ocurriera, sino que se trata más bien de desarrollo, aunque en Chile tendemos a ocupar crecimiento y desarrollo como si fueran sinónimos. Una ciudad no puede crecer infinitamente, en cambio sí se puede desarrollar infinitamente cuando hay un alcalde que está preocupado de cómo se generan condiciones de calidad de vida que hagan que la gente quiera seguir quedándose aquí, eso es desarrollo y no sólo crecimiento. Cuando hay una empresa que ve que su mayor patrimonio no sólo son los recursos naturales que están enterrados en la tierra, si no que el capital humano que permite que eso efectivamente se transforme en riqueza, en riqueza cultural, en riqueza social, en riqueza política, en riqueza de conocimiento, entonces ahí hay desarrollo.
¿Cómo crees que puede aportar el Viva Salamanca a ese desarrollo del que hablas?
Me parece que hay una virtud posible entre lo público y lo privado y un componente que es la participación de la ciudadanía. Cuando hay una visión y una voluntad política, cuando hay una energía y una potencia creativa privada y cuando la ciudadanía está dispuesta a darle fondo social a esto, me parece que hay un circulo virtuoso que habría que poder capitalizar, porque si funciona aquí, no solamente beneficia a la propia ciudad si no que puede transformarse en un ejemplo no sólo para Chile, sino también para el mundo.
¿Crees que el trabajo que se está haciendo en Salamanca puede transformarse en un modelo y ejemplo internacional?
La noción de sustentabilidad, que uno podría definir como justicia hacia las generaciones futuras, afecta no solamente a la ecología sino que afecta a la vida, a la calidad de vida de la gente en una dimensión social, política y económica. Esta noción amplia de sustentabilidad implica que los costos que producen las actividades productivas que generan un beneficio, no signifiquen que las próximas generaciones vean afectadas su calidad de vida. Esto es algo que no es evidente que ocurra en el mundo, por lo tanto, si aquí se logra resolver bien, sería un ejemplo no sólo para Chile, sino un ejemplo en el mundo para todos aquellos países que buscan hacer de los recursos naturales una fuente de beneficio común y no solamente beneficio privado. El equipo técnico ha estado trabajando, entre otras cosas, en el diseño del Parque Salamanca.
¿Qué significa este proyecto para Elemental?
Lo que pasa es que yo creo que un proyecto como este tiene una carga de realidad, una potencia, una posibilidad de impacto, que es un privilegio para nosotros poder dar alguna contribución. Lo único que uno hace es tratar de traducir esto en alguna propuesta que termine siendo una realidad.
¿Cómo trabaja el equipo técnico del Viva Salamanca?
En todos los proyectos, nuestro trabajo consiste en identificar con precisión cuál es la pregunta antes de lanzarse a dar una respuesta. Hay que ser riguroso en la identificación de las dimensiones de un problema. Una vez que eso se hace, es necesario ordenar toda esa información rápidamente y transformarlo en propuesta. Para ello es importante escuchar las distintas opiniones técnicas, políticas, sociales, ver el lugar, ver el terreno, entender las circunstancias, entender las restricciones para que esto no sea simplemente soñar despierto y algo que se quede en el papel, sino que se pueda transformar rápidamente en realidad. Ese trabajo de escucha es una condición totalmente necesaria para que la propuesta sea una respuesta a la pregunta correcta. No hay nada peor que contestar bien la pregunta equivocada.